martes, 7 de diciembre de 2010

Y así están las cosas...

¿Cuándo sucedió?, se preguntó. ¿Cuándo empecé a querer que me amara? ¿Ha ocurrido ahora mismo? (...)

¿Por qué ansío tanto su amor? ¿Por qué estoy tan celosa de Jane, de esa extraña moribunda a quien apenas conozco y de la que apenas sé nada? ¿Es posible que después de tantos años de enorgullecerme de mi soledad descubra que he ansiado siempre un patetico romance adolescente? Y en este anhelo de afecto, ¿no habré elegido el candidato peor para el puesto? Él ama a otra con quien nunca podré compararme(...)

¿He perdido la cabeza? ¿O he encontrado por fin mi corazón? De repente se sintió repleta de emociones desacostumbradas. Toda la vida había mantenido sus sentimientos a tanta distancia de sí misma que ahora apenas sabía cómo contenerlos. Lo amo, pensó Wang-mu, y su corazón casi reventó con la intensidad de la pasión. Él nunca me amará, y el corazón se le partió como nunca se le había partido con el millar de decepciones de su vida. Mi amor por él no es nada comparado con su necesidad de ella, su conocimiento de ella(...)

Lo perdí antes de descubrir que lo quería.


Hijos de la mente (Orson Scott Card)





El que quiera entender, que entienda...

3 comentarios:

. dijo...

Pues sí que están...

Capitana de los Vientos dijo...

Adoro mucho ese dibujo. Y leerte. Y saber de ti. Y hacer una ronda de novios y que me cortéis el rollo. jum

Melendina dijo...

Vaya como esta el patio..algo que decir algo qeu contar?