lunes, 17 de enero de 2011

Sueños

"Pero los sueños, que no siempre son piadosos ni inofensivos, tienen la costumbre de seguir su propio camino y elegir a sus soñadores."

La espada de fuego (Javier Negrete)

sábado, 18 de diciembre de 2010

:)


Levantó la vista de aquel viejo libro y entonces se dió cuenta. Toda su vida se resumía en eso, en dejar pasar el tiempo, en querer y olvidar, en ese momento rompió a llorar amargamente.
Nunca iba a tener el valor para atravesar las paredes de su alma, y justamente ahí, en ese preciso momento juró ante todos sus dioses y demonios que el miedo ya no ocuparía su lugar, en aquel amargo día se presentó la diferencia...

... Era el principio de su nueva vida.


Porque siempre hay esperanza...

martes, 7 de diciembre de 2010

Y así están las cosas...

¿Cuándo sucedió?, se preguntó. ¿Cuándo empecé a querer que me amara? ¿Ha ocurrido ahora mismo? (...)

¿Por qué ansío tanto su amor? ¿Por qué estoy tan celosa de Jane, de esa extraña moribunda a quien apenas conozco y de la que apenas sé nada? ¿Es posible que después de tantos años de enorgullecerme de mi soledad descubra que he ansiado siempre un patetico romance adolescente? Y en este anhelo de afecto, ¿no habré elegido el candidato peor para el puesto? Él ama a otra con quien nunca podré compararme(...)

¿He perdido la cabeza? ¿O he encontrado por fin mi corazón? De repente se sintió repleta de emociones desacostumbradas. Toda la vida había mantenido sus sentimientos a tanta distancia de sí misma que ahora apenas sabía cómo contenerlos. Lo amo, pensó Wang-mu, y su corazón casi reventó con la intensidad de la pasión. Él nunca me amará, y el corazón se le partió como nunca se le había partido con el millar de decepciones de su vida. Mi amor por él no es nada comparado con su necesidad de ella, su conocimiento de ella(...)

Lo perdí antes de descubrir que lo quería.


Hijos de la mente (Orson Scott Card)





El que quiera entender, que entienda...

miércoles, 26 de mayo de 2010

fue el principio de un tiempo mejor...

Y vino el sol alumbrándome el camino
Me llegó como cosa del destino
No mordí de tu anzuelo de niño bueno
Ni te quiero demás, ni te echo de menos
A veces pienso y sé que nunca aprenderé
que cuando creo en algo nunca veo la pared
y apuesto por seguir en esta dirección
a veces se me nubla pero siempre vuelve el sol
alumbrándome el camino
Me llegó como cosa del destino
No mordí de tu anzuelo de niño bueno
Ni te quiero de más, ni te echo de menos


jueves, 25 de marzo de 2010

...


Nada que añadir...

El que quiera entender, que entienda...

martes, 23 de marzo de 2010

Cuento sin U



Caminaba distraídamente por el camino y de pronto lo vio.

Allí estaba el imponente espejo de mano, al costado del sendero, como esperándolo.

Se acercó, lo alzó y se miró en él. Se vio bien.

No se vio tan joven, pero los años habían sido bastante bondadosos con él.

Sin embargo había algo desagradable en la imagen de sí mismo.

Cierta rigidez en los gestos lo conectaba con los aspectos más agrios de la propia historia:

La bronca,

el desprecio,

la agresión,

el abandono,

la soledad.

Sintió la tentación de llevárselo, pero rápidamente desechó esa idea.

Ya había bastantes cosas desagradables en el planeta para cargar con otra más.

Decidió irse y olvidar para siempre ese camino y ese espejo insolente.

Caminó dos horas tratando de vencer la tentación de volver atrás hacia el espejo. ese misterioso objeto lo atraía como los imanes atraen a los metales.

Resistió y aceleró el paso.

Tarareaba canciones infantiles para no pensar en esa imagen horrible de sí mismo.

Corriendo, llegó a la casa donde había vivido desde siempre, se metió vestido en la cama y se tapó la cabeza con las sábanas.

Ya no veía el exterior, ni el sendero, ni el espejo, ni la imagen de él mismo reflejada en el espejo; pero no podía evitar la memoria de esa imagen:

la del resentimiento,

la del dolor,

la de la soledad,

la del desamor,

la del miedo,

la del menosprecio.

Había ciertas cosas indecibles e impensables...

...Pero él sabía dónde había empezado todo esto.

Empezó esa tarde, hace treinta y tantos años...

El niño estaba tendido, llorando frente al lago el dolor del maltrato de los otros.

Esa tarde el niño decidió borrar, para siempre, la letra del alfabeto. Esa letra. Era la U.

La letra necesaria para nombrar al otro si está presente.

La letra imprescindible para hablarle a los demás, al dirigirles la palabra.

Sin manera de nombrarlos dejarían de ser deseados... y entonces no habría motivo para sentirlos necesarios... y sin motivo ni forma de invocarlos, se sentiría, por fin, libre.....


EPÍLOGO:

Escribiendo sin "U" puedo hablar hasta el cansancio de mí, de lo mío, del yo, de lo que tengo, de lo que me pertenece...

Hasta puedo escribir de él, de ellos y de los otros.

Pero sin "U" no puedo hablar de vosotros, del tú, de lo vuestro.

No puedo hablar de lo suyo, de lo tuyo, ni siquiera de lo nuestro.

Así me pasa...

A veces pierdo la "U".... y dejo de poder hablarte, pensarte, amarte, decirte.

Sin "U" yo me quedo pero tú desapareces...

Y sin poder nombrarte, ¿cómo podría disfrutarte?

Como en el cuento... si tú no existes, me condeno a ver lo peor de mí mismo reflejándose eternamente, en el mismo mismísimo tonto espejo.

Bucay




lunes, 22 de febrero de 2010

"Era sincera.
Hacía tiempo que me había acostumbrado a la perspectiva de una vida solitaria. Ser pobre, fea y, por añadidura, inteligente, condena en nuestras sociedades a trayectorias sombrías y desengañadas a las que más vale resignarse lo antes posible. A la belleza se le perdona todo, incluso la vulgaridad. La intreligencia ya no se ve como justa compensación de las cosas, una manera de restablecer el equilibrio que la naturaleza ofrece a los menos favorecidos de entre sus hijos, sino como un juguete superfluo que realza el valor de la joya."

La elegancia del erizo