LLegaste un día lluvioso, o mejor dicho llegué yo.
Congeniamos, poco a poco nos fuimos conociendo, compartiendo muchas horas, hablando, disfrutando. Te fuiste y volviste manteniendo en todo momento el contacto, me cambiaste, te cambié aunque no quieras admitirlo, discutimos y nos arreglamos...
Nuestros conocidos dejaron de ser desconocidos, creamos lazos que hoy en día son difíciles de romper, y cuando todo parecía ir mejor que nunca, tuviste miedo, me abandonaste, me dejaste sóla en las sombras sin una pista para poder salir de ellas. cuando por fin después de golpes y arañazos conseguí salir adelante (porque aunque no lo creas soy fuerte, más de lo que cualquiera se puede imaginar...) regresaste, con pésimas escusas que yo como tonta y ciega que fuí, creí y perdoné, perdoné una y mil veces, pues ya sabes, yo haria cualquier cosa por tí, aunque tú no lo merezcas...
Ahora todo es indiferencia, me mataste y me remataste, pero renací tal como soy ahora, maduré, crecí, aprendí,caminé y avancé...
y si hoy puedo decir algo, es que gracias a tí, hoy tengo la determinación suficiente para decirte....