Siempre me han encantado las pequeñas cosas de la vida, esas que aunque puedan parecer minúsculas dentro de ellas encontramos una gran felicidad.
Y ya no hablemos de lo feliz que me hace, que me recuerden alguna de esas cosas.
Ahora solo queda tomarnos los dos cafes con mucha azucar o dos frapuccinos, el tuyo de caramelo y el mio de chocolate, pero recuerda sin nata.